Erase una vez, en un planeta llamado Naturia, una bonita
extraterrestre de nombre Natalia, ella tenía una gran pasión por el espacio y
por descubrir nuevos planetas desde que los venusinos les regalaron el Nature
6000, pero sus padres, los reyes naturianos, no se lo permitían por “su
seguridad”.
Un día, mientras sus padres dormían, Natalia robó El Nature
6000. Y seleccionó una fecha y un lugar al azar, resulta que, casualmente,
seleccionó El 8 de
febrero de 2013 en Binéfar. En aquel momento, la maquina comenzó a hacer
un espantoso ruido de máquina estropeada, Natalia se asustó y decidió salir,
pero al abrir la puerta descubrió que ya no estaba en Naturia y mucho menos en
el castillo, estaba en un mundo nuevo, y entre unos seres muy raros y diferentes:
había unos vestidos con sombreros, chalecos y pistolas, otras vestidas con unos
sombreros con forma de cono, vestidos largos y escobas, otros con capas negras
y unos largos colmillos…
Natalia pensaba que aquellos extraños seres estaban locos, en
aquel momento, un niño que iba corriendo como un loco, la hizo caer, ella se
levantó y el niño, extrañado, le preguntó de qué iba disfrazada. Ella no
entendía nada porque era de otro planeta, el niño, por supuesto, no le creyó, pensaba que estaba loca, entonces,
Natalia muy indignada le enseñó el Nature 6000 y el niño lo entendió todo,
entonces le explicó que estaban en el planeta Tierra y le dio una fotografía
del planeta tierra para que no lo olvidara y lo recordara.
En aquel momento Natalia pensó que debía volver a su planeta
porque ya era la hora de la cena y seguro que la estarían buscando, así que se
despidió y volvió a su planeta justo a la hora de cenar, sus padres ni se
dieron cuenta.
Sara Mateo y Sonia Gris